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martes, 25 de octubre de 2016
¿Cómo saber si mi pareja me está maltratando?
Resumo lo que son y cómo se comportan en este podcast que te dejo abajo.
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martes, 27 de septiembre de 2016
Medidas demasiado rápidas pero ninguna medida lenta
No sabía si escribir este artículo en este blog de hombres maltratados o escribirlo en el mi blog "Vivir sin Maltrato ¡Se puede!" donde me dirijo a los dos géneros. Cuando escribo en "Vivir sin maltrato..." sólo tengo que preocuparme por el tema del maltrato. Sin embargo, cuando escribo en este blog, tengo que afrontar una doble problemática, la del hombre que es maltratado por su mujer (o por su pareja porque nadie habla de los homosexuales maltratados) y la del que a su vez puede ser maltratado por la legislación vigente a causa de que esta legislación no considera que puedan existir mujeres maltratadoras que utilicen la ventaja legislativa para hundir a sus parejas.
Pues, además de esto, hay otra cosa que debería criticarse de las medidas tomadas para afrontar la violencia llamada de género (la que ejerce el hombre contra la mujer). Cuando el Gobierno se planteó hacer una ley más efectiva se enfocó en hacer una ley rápida, es decir que en el momento en que una mujer reuniera el valor para denunciar a su maltratador, la ley actuara de una forma rápida, que el juicio del maltratador se resolviera con rapidez y que fuera de efecto inmediato en el momento de la denuncia (es decir, eso de que el hombre vaya al calabozo de forma inmediata)... se consideró que rapidez es igual que eficacia.
Sin embargo, lo que posiblemente hubiera sido más eficaz no son las medidas rápidas y por eso mi duda de si escribir esto aquí o en el otro blog (muy probablemente transcriba el artículo). Las medidas más eficaces hubieran sido las enfocadas en acompañar a la persona maltratada durante todo su lento proceso de liberación y facilitarle el camino. Un ejemplo de esto sería el de hacerles llegar información sobre cómo librarse del maltrato o una medida que nunca nadie había pensado antes ni lo hace ahora es el de haber permitido una especie de fondo donde una mujer que sufre maltrato hubiera podido ahorrar un dinero sin huella fiscal, lo justo para poder huir sin que su dinero ahorrado pudiera ser detectado por el maltratador si éste le hace la declaración. Medidas lentas, enfocadas, como digo, en fortalecer a una mujer a la que todos los días le están diciendo que no sirve para nada para poder contrarrestar todo ese dolor provocado. Y, por supuesto, medidas unisex para que también pudieran fortalecerse los hombres a los que todos los días una mujer u otro hombre le está llamando con palabras que destruyen su fe en sí mismo.
Y es que las medidas rápidas son políticamente medibles con resultados claros en el escrutinio electoral... pero sólo sirven para maquillar realidades más profundas que requieren un cambio social donde todos debemos tenernos respeto por encima de las discrepancias políticas, sociales o sexuales.

Sin embargo, lo que posiblemente hubiera sido más eficaz no son las medidas rápidas y por eso mi duda de si escribir esto aquí o en el otro blog (muy probablemente transcriba el artículo). Las medidas más eficaces hubieran sido las enfocadas en acompañar a la persona maltratada durante todo su lento proceso de liberación y facilitarle el camino. Un ejemplo de esto sería el de hacerles llegar información sobre cómo librarse del maltrato o una medida que nunca nadie había pensado antes ni lo hace ahora es el de haber permitido una especie de fondo donde una mujer que sufre maltrato hubiera podido ahorrar un dinero sin huella fiscal, lo justo para poder huir sin que su dinero ahorrado pudiera ser detectado por el maltratador si éste le hace la declaración. Medidas lentas, enfocadas, como digo, en fortalecer a una mujer a la que todos los días le están diciendo que no sirve para nada para poder contrarrestar todo ese dolor provocado. Y, por supuesto, medidas unisex para que también pudieran fortalecerse los hombres a los que todos los días una mujer u otro hombre le está llamando con palabras que destruyen su fe en sí mismo.
Y es que las medidas rápidas son políticamente medibles con resultados claros en el escrutinio electoral... pero sólo sirven para maquillar realidades más profundas que requieren un cambio social donde todos debemos tenernos respeto por encima de las discrepancias políticas, sociales o sexuales.
sábado, 17 de septiembre de 2016
Lágrimas manipuladoras
Hace mucho tiempo, haciendo zapping en la televisión, tropecé con una escena que me sonaba demasiado. Era un reality show que actualmente ya no se emite. Se llamaba "Me cambio de familia" . Consistía en que las mujeres de dos parejas se intercambiaban de casa. Soy muy televisiva, pero vi muy poco de aquel programa porque me pareció espantoso. El experimento daba resultados muy violentos porque solían mezclar parejas muy liberales con parejas muy tradicionales para que pudiéramos divertirnos con los contrastes y a mí eso no me parece nada divertido.
En el programa que yo vi, una de las mujeres vio el vídeo resumen del tiempo durante el cual su marido había estado con la chica con la que se intercambia. Durante ese tiempo, ambos se respetaron y se conocieron más. El llevó a la chica en su moto y ella confesó que le había gustado el paseo. Después de visualizar el vídeo la mujer empezó a llorar y reclamar a su marido por lo bien que lo había pasado. Le acusó de infiel y el marido tuvo que asegurarle de que no habían hecho nada. Observé cómo poco a poco, la mujer iba consiguiendo que su marido, que no había hecho nada malo, se sintiera tan culpable que estuviera dispuesto a ceder algunas de sus libertades para satisfacer a su triste esposa. Me recordó a una vieja táctica que hacía mi maltratador, vendiéndose como la víctima dolida para luego conseguir alguna cesión injusta. La única diferencia es que las mujeres tenemos menos problemas para llorar.
¿Cómo podemos distinguir un llanto manipulador de uno que no lo es? El primero suele estar cargado de reproches y no para hasta conseguir un objetivo y ese objetivo consiste en pactar algo que va en contra de lo natural (la mayoría de las veces está relacionado con hablar con otras mujeres pero puede tener otros fines).
Las mujeres no utilizamos un llanto falso para manipular a nadie. Lloramos porque algo nos duele, nos hace daño... no sé si otras personas pueden pero yo no podría derramar una sola lágrima que no fuera realmente sentida. El problema de las lágrimas de manipuladora es que la mujer que usa esas técnicas realmente siente que le están haciendo daño... No es la realidad de la intención lo que cuenta, muy probablemente una maltratadora sienta un dolor verdadero cuando llora... lo que cuenta realmente es el pensamiento que hay detrás y es un pensamiento de frustración ilógica. Lloran porque creen que se les ha arrebatado un derecho que en realidad no es tal.
En el caso mencionado, la mujer se siente inferior sólo porque su marido ha convivido pacíficamente con otra chica a la que ve una rival por ser más guapa, o más joven o más inteligente. Entonces sólo puede apelar al corazón de su pareja, porque considera que no tiene nada que hacer en otros terrenos.
Me resulta muy difícil escribir sobre esto porque soy mujer, pertenezco a un género que normalmente pierde la batalla, que sufre muchos abusos, que es víctima de maltrato, de esclavitud en algunos países, de violaciones, de ablaciones, de abusos infantiles. Entonces ponerme al lado contrario para mí es un esfuerzo consciente.
Pero estamos hablando de este mundo, de un mundo donde conviven hombres y mujeres buenos con hombres y mujeres malos, donde existe la combinación de hombres buenos que topan con mujeres malas de la misma forma que las mujeres buenas topan con hombres malos sólo que éstas tienen una ayuda (más eficaz o menos eficaz pero al menos existe).
Por lo general, el maltratador, sea hombre o mujer, se vende como una víctima... siempre lo hace. Y lo hace porque así sabe que puede conquistar el corazón de su pareja y utilizará el recurso de paloma herida todas las veces que sea necesario para mantener amarrada a la buena persona que tiene a su lado. Son depredadores, lobos disfrazados de ovejas tristes y son difíciles de reconocer. Se les reconoce por el daño que ya han hecho.
martes, 6 de septiembre de 2016
¿Cómo diferenciar al maltratador de la relación?
Siempre opino que considerar que la violencia entre dos personas que son pareja sólo puede ser violencia machista, es una visión en sí, machista porque se está considerando que la mujer no puede ser violenta, que solamente es el hombre el violento y eso no es cierto.
Antiguamente, a las mujeres asesinas, se les aplicaba una condena mayor por el mismo delito que un hombre y esto era porque, como se suponían más débiles, una mujer tenía que deliberar el asesinato para ser eficaz, luego a las asesinas se les presupone el agravante de la alevosía. Por eso pagaban una mayor pena. Esto, hoy en día se considera simplemente aberrante, pero vemos de lo más normal dar por hecho que las mujeres no son violentas. La ley actual, al menos, así lo entiende.
Otra cosa muy diferente es saber discernir quién es el violento de la pareja y para eso se requieren verdaderos expertos, no una ley simplista. Se necesitan psiquiatras e investigadores que puedan diferenciar al maltratador.

El maltratador que yo conocí me vendió la idea de que era víctima de su anterior pareja. Me costó ocho años entender quién era el violento en aquella relación. Según Mary France-Hirigoyen suele ser muy común que los maltratadores provoquen continuamente a sus víctimas hasta que éstas saltan y, cuando lo hacen, les acusan de maltratadores.
No soy una experta, sólo una persona que ha vivido una experiencia de maltrato pero no me cansaré de decirlo: creo que hay dos formas de diferenciar al maltratador de una pareja en la que no está claro si es él o si es ella.
La primera técnica es hacer pesquisas sobre el pasado de cada uno. Basta conocer un poco de su relación familiar y con otras parejas para averiguar si alguien es maltratador porque el maltratador deja a su paso un reguero de víctimas.
La segunda técnica consiste en analizar las acciones cada uno, ya que todos los actos de un maltratador o de una maltratadora son despiadados, buscan arruinar a la pareja, dejarla sin nada, despojarla en todos los sentidos (económico, emocional, social etc) un maltratador o una maltratadora no tiene piedad ninguna, no se compadece de su pareja..
Antiguamente, a las mujeres asesinas, se les aplicaba una condena mayor por el mismo delito que un hombre y esto era porque, como se suponían más débiles, una mujer tenía que deliberar el asesinato para ser eficaz, luego a las asesinas se les presupone el agravante de la alevosía. Por eso pagaban una mayor pena. Esto, hoy en día se considera simplemente aberrante, pero vemos de lo más normal dar por hecho que las mujeres no son violentas. La ley actual, al menos, así lo entiende.
Otra cosa muy diferente es saber discernir quién es el violento de la pareja y para eso se requieren verdaderos expertos, no una ley simplista. Se necesitan psiquiatras e investigadores que puedan diferenciar al maltratador.

El maltratador que yo conocí me vendió la idea de que era víctima de su anterior pareja. Me costó ocho años entender quién era el violento en aquella relación. Según Mary France-Hirigoyen suele ser muy común que los maltratadores provoquen continuamente a sus víctimas hasta que éstas saltan y, cuando lo hacen, les acusan de maltratadores.
No soy una experta, sólo una persona que ha vivido una experiencia de maltrato pero no me cansaré de decirlo: creo que hay dos formas de diferenciar al maltratador de una pareja en la que no está claro si es él o si es ella.
La primera técnica es hacer pesquisas sobre el pasado de cada uno. Basta conocer un poco de su relación familiar y con otras parejas para averiguar si alguien es maltratador porque el maltratador deja a su paso un reguero de víctimas.
La segunda técnica consiste en analizar las acciones cada uno, ya que todos los actos de un maltratador o de una maltratadora son despiadados, buscan arruinar a la pareja, dejarla sin nada, despojarla en todos los sentidos (económico, emocional, social etc) un maltratador o una maltratadora no tiene piedad ninguna, no se compadece de su pareja..
miércoles, 10 de agosto de 2016
Yobana Carril en su lucha contra el maltrato hacia los hombres
Los hombres maltratados, en este país son doblemente maltratados porque, por un lado, son tratados cruelmente por sus esposas y ex-esposas pero, además, son maltratados por la ley que ha decidido apartar la vista del sufrimiento masculino.
En esta sociedad se ha decidido que sólo pueden ser maltratadores los hombres y que, por tanto, ante la duda, es el hombre el que debe pagar el pato. Esa decisión es terrible porque, con la ley, se está permitiendo el maltrato hacia los hombres.
Antes se consideraba que las mujeres eran tontas por tener un cerebro más pequeño. Ahora se presupone al hombre violento por tener mayor musculatura. ¿Qué diferencia hay en esta forma de pensar nueva? La violencia se ejerce de muchas formas: a golpes, a insultos, mediante estrategias mezquinas e incluso con indolencia y todas estas formas pueden ser ejercidas libremente por mujeres.
No me cansaré de decir que la ley está permitiendo cometer sus tropelías a las mujeres maltratadoras que se presentan ante los demás como maltratadas. Habitualmente un maltratador juega a la confusión, a venderse como el maltratado. Por tanto no es de extrañar que la actual ley de igualdad se ha convertido en el caldo de cultivo perfecto para que las maltratadoras jueguen a su juego favorito: el de hacer que otros ejerzan la violencia sobre sus maridos acusándoles de maltratadores.
Autores como Mary France Hirigoyen o Nora Rodríguez ya advierten que una de las técnicas más utilizadas por un maltratador es la de convencer a quienes les rodean de que son ellos las víctimas de sus maltratados y lo hacen accionando los resortes de sus víctimas. Utilizan tácticas psicológicas que saben que les hacen daño (por ejemplo, una humillación continua). Sus víctimas, al principio, toleran la táctica pero la repetición de la misma hace que éstas lleguen a un tope y cuando llegan, explotan y ése es el momento que el maltratador aprovecha para tachar a su víctima de lobo, de maltratador. Este juego, tan hábilmente practicado por los maltratadores, hace muy difícil identificar al verdadero lobo de la pareja. Desde mi punto de vista, para identificarlo, hay que hacer una labor de investigación a través de todas las relaciones personales (amigos, parejas, familiares etc) de cada uno de los intervinientes en una relación de maltrato.
La ley, en cambio, ha decidido no practicar la justicia simplificando su premisa: si eres hombre, eres el maltratador.
Sé por experiencia, que una persona que sufre maltrato lo único que quiere es dejar de sufrir el maltrato, librarse de su maltratador una vez tomada la decisión. Conozco casos de mujeres realmente maltratadas incapaces de determinar que están experimentando la violencia en sus vidas y serían incapaces de denunciar a sus parejas para no ocasionarles un daño en su imagen. Por ese motivo, ante una denuncia de maltrato, en la que la víctima no parpadea y además no se preocupa por las posibles consecuencias que pueda sufrir su pareja... debería ser, al menos, objeto de estudio. No es lo mismo odiar por el dolor sufrido que no tener piedad y eso deberían conocerlo los profesionales de la ley.
Yobana Carril, abogada, ha sido testigo continuado de las injusticias que la ley está cometiendo contra los hombres en este país tratando casos de hombres maltratados por su mujer, por la ley o por ambos y ésto le ha llevado a escribir un blog con casos reales de maltrato de la ley: denuncias falsas, distinción de trato de un padre con respecto a una madre, o del abuso legislativo. Al encontrarme con ella quise, enseguida colaborar con su causa y su colaboración ha sido exquisita conmigo. Yobana ha recibido insultos públicamente e incluso amenazas sólo por desear y luchar por una ley justa que acabe con los maltratadores y con las maltratadoras, una ley justa sin discriminaciones. Por eso merece la pena unirse a su equipo. Estas son sus páginas:
http://www.celtiusabogados.com/
http://www.hombresmaltratados.eu
En esta sociedad se ha decidido que sólo pueden ser maltratadores los hombres y que, por tanto, ante la duda, es el hombre el que debe pagar el pato. Esa decisión es terrible porque, con la ley, se está permitiendo el maltrato hacia los hombres.
Antes se consideraba que las mujeres eran tontas por tener un cerebro más pequeño. Ahora se presupone al hombre violento por tener mayor musculatura. ¿Qué diferencia hay en esta forma de pensar nueva? La violencia se ejerce de muchas formas: a golpes, a insultos, mediante estrategias mezquinas e incluso con indolencia y todas estas formas pueden ser ejercidas libremente por mujeres.
No me cansaré de decir que la ley está permitiendo cometer sus tropelías a las mujeres maltratadoras que se presentan ante los demás como maltratadas. Habitualmente un maltratador juega a la confusión, a venderse como el maltratado. Por tanto no es de extrañar que la actual ley de igualdad se ha convertido en el caldo de cultivo perfecto para que las maltratadoras jueguen a su juego favorito: el de hacer que otros ejerzan la violencia sobre sus maridos acusándoles de maltratadores.
Autores como Mary France Hirigoyen o Nora Rodríguez ya advierten que una de las técnicas más utilizadas por un maltratador es la de convencer a quienes les rodean de que son ellos las víctimas de sus maltratados y lo hacen accionando los resortes de sus víctimas. Utilizan tácticas psicológicas que saben que les hacen daño (por ejemplo, una humillación continua). Sus víctimas, al principio, toleran la táctica pero la repetición de la misma hace que éstas lleguen a un tope y cuando llegan, explotan y ése es el momento que el maltratador aprovecha para tachar a su víctima de lobo, de maltratador. Este juego, tan hábilmente practicado por los maltratadores, hace muy difícil identificar al verdadero lobo de la pareja. Desde mi punto de vista, para identificarlo, hay que hacer una labor de investigación a través de todas las relaciones personales (amigos, parejas, familiares etc) de cada uno de los intervinientes en una relación de maltrato.
La ley, en cambio, ha decidido no practicar la justicia simplificando su premisa: si eres hombre, eres el maltratador.
Sé por experiencia, que una persona que sufre maltrato lo único que quiere es dejar de sufrir el maltrato, librarse de su maltratador una vez tomada la decisión. Conozco casos de mujeres realmente maltratadas incapaces de determinar que están experimentando la violencia en sus vidas y serían incapaces de denunciar a sus parejas para no ocasionarles un daño en su imagen. Por ese motivo, ante una denuncia de maltrato, en la que la víctima no parpadea y además no se preocupa por las posibles consecuencias que pueda sufrir su pareja... debería ser, al menos, objeto de estudio. No es lo mismo odiar por el dolor sufrido que no tener piedad y eso deberían conocerlo los profesionales de la ley.
Yobana Carril, abogada, ha sido testigo continuado de las injusticias que la ley está cometiendo contra los hombres en este país tratando casos de hombres maltratados por su mujer, por la ley o por ambos y ésto le ha llevado a escribir un blog con casos reales de maltrato de la ley: denuncias falsas, distinción de trato de un padre con respecto a una madre, o del abuso legislativo. Al encontrarme con ella quise, enseguida colaborar con su causa y su colaboración ha sido exquisita conmigo. Yobana ha recibido insultos públicamente e incluso amenazas sólo por desear y luchar por una ley justa que acabe con los maltratadores y con las maltratadoras, una ley justa sin discriminaciones. Por eso merece la pena unirse a su equipo. Estas son sus páginas:
http://www.celtiusabogados.com/
http://www.hombresmaltratados.eu
jueves, 30 de junio de 2016
¿Lucha contra el maltrato masculino o amparo del maltrato femenino?
Hace unos días, un hombre que discutía con ex-pareja por el móvil, en Granada, le envió un mensaje a su ex-pareja enviándola a la mierda. Esto implicó para ese hombre un arresto domiciliario de cinco días además de pagar las costas procesales.
Un tiempo atrás, otro hombre fue condenado también por tirarse un pedo en una discusión (no es broma, en los enlaces abajo indicados podrás encontrar la noticia).
Estos casos son los más sonados por ridículos y absurdos pero diariamente una mujer que no está contenta, va al juzgado, denuncia a su expareja y el juzgado no discute sobre quién es maltratador. Juzga el hecho aisladamente.
Pongamos que la ley ampara que no puedes cerrar una discusión con un pedo o mandando a la mierda a alguien. De hecho así es. Si no fuera así, un juez no podría ejecutar la sentencia. Por tanto, de los hechos se deducen varias conclusiones.
La primera es que la ley hoy por hoy está siendo injusta y sexista porque si un hombre puede ser arrestado por mandar a la mierda a una mujer, una mujer también debería ser arrestada por el mismo acto ya que estamos juzgando el caso aisladamente y por tanto el sexo del ejecutante no debería importar. Las conclusiones a las que un juez llega para ejecutar estas sentencias (por ejemplo, en el caso del hombre que mandó a la mierda a la mujer se consideró un delito leve de injurias/vejaciones en el ámbito familiar) son posibles si las ejerce el hombre pero inconcebibles si las ejerce una mujer... y las mujeres maltratadoras existen, no lo olvidemos.
Por otro lado, considero adecuado que se juzgue el hecho de forma aislada (es decir, que si una persona, sea hombre o mujer, ejerce la violencia sobre otra, sea juzgado culpable). Lo que no veo justo es que se le cuelgue el sanbenito de maltratador. Hoy por hoy, ser un maltratador en la sociedad está muy mal visto. Implica un rechazo social, por un lado afortunado y por otro lado radical. Por ese motivo no se puede señalar a una persona maltratadora por un acto aislado.
El maltratador es un corredor de fondo.
He sido mujer maltratada y cuando una mujer se aleja de su maltratador no denuncia a su ex si éste le manda a la mierda. Lo que quiere es olvidar y cerrar capítulo y supongo que es lo que suelen hacer las mujeres que consiguen librarse de sus maltratadores... tratan de no remover más para evitar que éstos actúen para hacerles daño. Por eso la ley debería revistar estos casos... están muy lejos de ser justos y cuando la ley no es justa es que no nos está protegiendo a todos.
enlaces sobre las noticias:
http://www.elmundo.es/andalucia/2016/06/21/57695e00268e3eda7b8b456c.html
http://www.cope.es/player/herrera-en-cope-cuenta-la-historia-del-chico-condenado-a-cinco-dias-de-arresto-domiciliario-por-mandar-a-su-novia-a-la-mierda-por-whatsapp&id=2016062211280002&activo=10
http://www.eldiariodetenerife.com/2014/02/12/condenado-a-un-mes-por-tirarse-un-pedo-delante-de-su-mujer/
sábado, 4 de junio de 2016
Los hombres maltratados no cuentan con ayudas
La lucha contra la violencia de género ha proporcionado muchos avances en nuestra sociedad facilitando una salida a las mujeres que sufren maltrato. Es una lucha legítima que agradezco y defiendo. Sin embargo, esta lucha ha socavado por completo el hecho de que existen hombres maltratados, la mayoría de las veces por violencia psicológica, que no obtienen ninguna ayuda por parte de nadie en este país. Soy la autora de Vivir sin Maltrato ¡Se puede! y me he dado cuenta de que muchas veces, hombres que son víctimas de mujeres maltratadoras o de otros hombres maltratadores me piden ayuda porque cuando utilizan los vehículos que las mujeres sí pueden utilizar libremente, se les deniega la ayuda. He sufrido maltrato y sé lo difícil que es salir de él y he conocido en mi vida mujeres que ejercen la violencia. De hecho yo he sido víctima de una en mi entorno laboral por lo que me consta que existen maltratadoras. Por eso me parece injusto que a los hombres maltratados no se les esté prestando la debida ayuda sólo porque a lo largo de la historia la mayoría de las veces hayan sido las mujeres quienes más han sufrido la violencia. Todas las personas víctimas de violencia deberían ser debidamente atendidas. De lo contrario, este país volvería a ser tan injusto como lo fue en los años 60 cuando se sobreseían casos de violaciones de maridos hacia sus mujeres excusados por el débito conyugal. No podemos permitir que nuestro país incurra en una injusticia y éste es mi pequeño grano de arena para cambiar eso.
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