martes, 27 de septiembre de 2016

Medidas demasiado rápidas pero ninguna medida lenta

No sabía si escribir este artículo en este blog de hombres maltratados o escribirlo en el mi blog "Vivir sin Maltrato ¡Se puede!" donde me dirijo a los dos géneros. Cuando escribo en "Vivir sin maltrato..." sólo tengo que preocuparme por el tema del maltrato. Sin embargo, cuando escribo en este blog, tengo que afrontar una doble problemática, la del hombre que es maltratado por su mujer (o por su pareja porque nadie habla de los homosexuales maltratados) y la del que a su vez puede ser maltratado por la legislación vigente a causa de que esta legislación no considera que puedan existir mujeres maltratadoras que utilicen la ventaja legislativa para hundir a sus parejas.

Pues, además de esto, hay otra cosa que debería criticarse de las medidas tomadas para afrontar la violencia llamada de género (la que ejerce el hombre contra la mujer). Cuando el Gobierno se planteó hacer una ley más efectiva se enfocó en hacer una ley rápida, es decir que en el momento en que una mujer reuniera el valor para denunciar a su maltratador, la ley actuara de una forma rápida, que el juicio del maltratador se resolviera con rapidez y que fuera de efecto inmediato en el momento de la denuncia (es decir, eso de que el hombre vaya al calabozo de forma inmediata)... se consideró que rapidez es igual que eficacia.

Sin embargo, lo que posiblemente hubiera sido más eficaz no son las medidas rápidas y por eso mi duda de si escribir esto aquí o en el otro blog (muy probablemente transcriba el artículo). Las medidas más eficaces hubieran sido las enfocadas en acompañar a la persona maltratada durante todo su lento proceso de liberación y facilitarle el camino. Un ejemplo de esto sería el de hacerles llegar información sobre cómo librarse del maltrato o una medida que nunca nadie había pensado antes ni lo hace ahora es el de haber permitido una especie de fondo donde una mujer que sufre maltrato hubiera podido ahorrar un dinero sin huella fiscal, lo justo para poder huir sin que su dinero ahorrado pudiera ser detectado por el maltratador si éste le hace la declaración. Medidas lentas, enfocadas, como digo, en fortalecer a una mujer a la que todos los días le están diciendo que no sirve para nada para poder contrarrestar todo ese dolor provocado. Y, por supuesto, medidas unisex para que también pudieran fortalecerse los hombres a los que todos los días una mujer u otro hombre le está llamando con palabras que destruyen su fe en sí mismo.

Y es que las medidas rápidas son políticamente medibles con resultados claros en el escrutinio electoral... pero sólo sirven para maquillar realidades más profundas que requieren un cambio social donde todos debemos tenernos respeto por encima de las discrepancias políticas, sociales o sexuales.

sábado, 17 de septiembre de 2016

Lágrimas manipuladoras

Hace mucho tiempo, haciendo zapping en la televisión, tropecé con una escena que me sonaba demasiado. Era un reality show que actualmente ya no se emite. Se llamaba "Me cambio de familia" . Consistía en que las mujeres de dos parejas se intercambiaban de casa. Soy muy televisiva, pero vi muy poco de aquel programa porque me pareció espantoso. El experimento daba resultados muy violentos porque solían mezclar parejas muy liberales con parejas muy tradicionales para que pudiéramos divertirnos con los contrastes y a mí eso no me parece nada divertido.

En el programa que yo vi, una de las mujeres vio el vídeo resumen del tiempo durante el cual su marido había estado con la chica con la que se intercambia. Durante ese tiempo, ambos se respetaron y se conocieron más. El llevó a la chica en su moto y ella confesó que le había gustado el paseo. Después de visualizar el vídeo la mujer empezó a llorar y reclamar a su marido por lo bien que lo había pasado. Le acusó de infiel y el marido tuvo que asegurarle de que no habían hecho nada. Observé cómo poco a poco, la mujer iba consiguiendo que su marido, que no había hecho nada malo, se sintiera tan culpable que estuviera dispuesto a ceder algunas de sus libertades para satisfacer a su triste esposa. Me recordó a una vieja táctica que hacía mi maltratador, vendiéndose como la víctima dolida para luego conseguir alguna cesión injusta. La única diferencia es que las mujeres tenemos menos problemas para llorar. 

¿Cómo podemos distinguir un llanto manipulador de uno que no lo es? El primero suele estar cargado de reproches y no para hasta conseguir un objetivo y ese objetivo consiste en pactar algo que va en contra de lo natural (la mayoría de las veces está relacionado con hablar con otras mujeres pero puede tener otros fines).

Las mujeres no utilizamos un llanto falso para manipular a nadie. Lloramos porque algo nos duele, nos hace daño... no sé si otras personas pueden pero yo no podría derramar una sola lágrima que no fuera realmente sentida. El problema de las lágrimas de manipuladora es que la mujer que usa esas técnicas realmente siente que le están haciendo daño... No es la realidad de la intención lo que cuenta, muy probablemente una maltratadora sienta un dolor verdadero cuando llora... lo que cuenta realmente es el pensamiento que hay detrás y es un pensamiento de frustración ilógica. Lloran porque creen que se les ha arrebatado un derecho que en realidad no es tal. 

En el caso mencionado, la mujer se siente inferior sólo porque su marido ha convivido pacíficamente con otra chica a la que ve una rival por ser más guapa, o más joven o más inteligente. Entonces sólo puede apelar al corazón de su pareja, porque considera que no tiene nada que hacer en otros terrenos. 

Me resulta muy difícil escribir sobre esto porque soy mujer, pertenezco a un género que normalmente pierde la batalla, que sufre muchos abusos, que es víctima de maltrato, de esclavitud en algunos países, de violaciones, de ablaciones, de abusos infantiles. Entonces ponerme al lado contrario para mí es un esfuerzo consciente. 

Pero estamos hablando de este mundo, de un mundo donde conviven hombres y mujeres buenos con hombres y mujeres malos, donde existe la combinación de hombres buenos que topan con mujeres malas de la misma forma que las mujeres buenas topan con hombres malos sólo que éstas tienen una ayuda (más eficaz o menos eficaz pero al menos existe). 

Por lo general, el maltratador, sea hombre o mujer, se vende como una víctima... siempre lo hace. Y lo hace porque así sabe que puede conquistar el corazón de su pareja y utilizará el recurso de paloma herida todas las veces que sea necesario para mantener amarrada a la buena persona que tiene a su lado. Son depredadores, lobos disfrazados de ovejas tristes y son difíciles de reconocer. Se les reconoce por el daño que ya han hecho.  

martes, 6 de septiembre de 2016

¿Cómo diferenciar al maltratador de la relación?

Siempre opino que considerar que la violencia entre dos personas que son pareja sólo puede ser violencia machista, es una visión en sí, machista porque se está considerando que la mujer no puede ser violenta, que solamente es el hombre el violento y eso no es cierto.

Antiguamente, a las mujeres asesinas, se les aplicaba una condena mayor por el mismo delito que un hombre y esto era porque, como se suponían más débiles, una mujer tenía que deliberar el asesinato para ser eficaz, luego a las asesinas se les presupone el agravante de la alevosía. Por eso pagaban una mayor pena. Esto, hoy en día se considera simplemente aberrante, pero vemos de lo más normal dar por hecho que las mujeres no son violentas. La ley actual, al menos, así lo entiende.

Otra cosa muy diferente es saber discernir quién es el violento de la pareja y para eso se requieren verdaderos expertos, no una ley simplista. Se necesitan psiquiatras e investigadores que puedan diferenciar al maltratador.


El maltratador que yo conocí me vendió la idea de que era víctima de su anterior pareja. Me costó ocho años entender quién era el violento en aquella relación. Según Mary France-Hirigoyen suele ser muy común que los maltratadores provoquen continuamente a sus víctimas hasta que éstas saltan y, cuando lo hacen, les acusan de maltratadores.

No soy una experta, sólo una persona que ha vivido una experiencia de maltrato pero no me cansaré de decirlo: creo que hay dos formas de diferenciar al maltratador de una pareja en la que no está claro si es él o si es ella.

La primera técnica es hacer pesquisas sobre el pasado de cada uno. Basta conocer un poco de su relación familiar y con otras parejas para averiguar si alguien es maltratador porque el maltratador deja a su paso un reguero de víctimas.

La segunda técnica consiste en analizar las acciones cada uno, ya que todos los actos de un maltratador o de una maltratadora son despiadados, buscan arruinar a la pareja, dejarla sin nada, despojarla en todos los sentidos (económico, emocional, social etc) un maltratador o una maltratadora no tiene piedad ninguna, no se compadece de su pareja..